Las mejores Piropos Ambientales
Los piropos ambientales son palabras con las que se expresa elogio, cariño y admiración. Estas frases son ideales para conquistar a tu novio o tu novia. Para los hombres, un piropo ambiental como "Eres la persona más hermosa de esta sala" o "Tu sonrisa es como un rayo de sol" puede ser una excelente opción para conquistar su corazón. Por otro lado, los piropos ambientales para las mujeres que pueden funcionar muy bien son "Tu cabello aquí me hace sentir como si estuviera en el cielo" o "Me encanta tu sonrisa, es un regalo para la mirada".
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¡Ya no puedo ni mirarte pues deslumbras más que el sol!
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Del agua nace la nieve, de los olivos aceite, y de mi corazón la vida para quererte.
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Si tus ojos siguen brillando de esa manera, el sol habrá de buscarse otra galaxia.
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Si en este tiempo tan helado yo estuviera a tu lado, no estaría tan resfriado porque tendrías mi corazón bien abrigado.
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No necesito que la noche caiga para poder ver las estrellas.
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Mi amor por ti es tan grande que el mundo entero empezó a parecer chico.
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No quiero la luna, no quiero el sol; sólo tu cariño quiero porque me muero de amor.
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¿Viste las gotas de lluvia como bajan al caer? Así son mis lagrimas cuando no te puedo ver.


Piropos ambientales chistosos
En la mañana brilla el sol, en la noche brilla la luna, y en el centro de mi corazón, brillas tú como ninguna.
De noche brilla la luna, y de día brilla el sol, pero tus ojos bonitos, alumbran mi corazón.
De la galaxia un lucero a la tierra vino a caer, frente a mi lo tengo: ¡Qué bella mujer!
Quién fuera solecito para calentar tu cuerpecito
Cuando estás entre mis brazos es como tener el mundo entre ellos.
Una estrella se ha perdido, en el cielo no aparece, en tu pecho se ha metido y en tu cara resplandece.
Si tu mirada fuera mar dejaría de nadar para en tus ojos poderme ahogar.
Qué triste se puso el sol al ver que otro sol salía con mucho más esplendor.
Piropos ambientales para mujeres atrevidos
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Cuando llueve no extraño el sol porque en mi corazón brilla tu sonrisa.
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Me gustaría ser el sol para derretir el iceberg de tu corazón.
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Aún no puedo ver el sol del amanecer, pero te tengo a mi lado y tú brillas más que él.
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Te quiero como el mar, a veces calma y a veces tempestad.
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Eres más linda que el amanecer.
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Hay un océano entre nosotros dos, pero el amor me enseñó a nadar y la esperanza a flotar.
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Me gusta el mar, me gusta la brisa, pero más me gusta tu linda sonrisa.
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Sal temprano de tu casa para darle un motivo al sol para salir.
Piropos ambientales cortos para enamorar
Tu madre debe ser la madre naturaleza porque a tan bella flor no la pudo crear cualquiera.
Yo necesito tres cosas: el sol para el día, la luna para la noche, y a ti para toda la vida.
Eres como una estrella, tan bella para admirarla y tan lejana para tocarla.
Yo sé que hay una estrella, allá en el firmamento, que lleva nuestros nombres y brilla en todo momento.
El cielo se quedó sin estrellas, y yo me he quedado con la más bella.
Enamorarme de ti ha sido el instante más perfecto de toda mi vida.
Viendo el cielo en tus ojos y el sol en tu dorada piel desearía que fueras mi alborada de cada día.
Quiero que seas la última ola de mi Mediterráneo.
La sonrisa de tus labios quita brillo al mundo entero, pero ¿qué me importa el mundo, si yo tengo mi lucero?
En el cielo los relámpagos son destellos y en la tierra tus ojos son los más bellos.
Si todos tuvieran una pareja como la mía, ¡Qué dulce seria el mundo!
Si la estrella del Oriente guía a los marineros, yo me guío por tus ojos que alumbran más que luceros.
Piropos ambientales para hombre románticos
Si fueras lluvia de invierno, yo cerraría el paraguas para sentirte en mi cuerpo.
Parece oscura la noche, como si fuera a llover, y así se pone mi vida cuando no te puedo ver.
Somos dos planetas en el mismo cielo y dejamos de ser dos al decir te quiero.
Al mirar tus ojos no sé si estoy en el cielo o ahogándome en el mar.
En tus ojos se refleja la profundidad del Universo.
¡En el Firmamento están celosas las estrellas, porque en la tierra tú eres la más bella!
Lucero de la mañana préstame tu luz, para seguir tus pasos y darte todo mi amor.
Quisiera convertirme en viento y tener la dicha de rozar tus labios.
En el mar navega un barco, en el barco la alegría y en los brazos de mi amado navega la vida mía.
Cae el crepúsculo y todo se borra, menos tus ojos, menos tu boca. Hay en tu cara tres mariposas, dos en tus ojos y una en tu boca.
Pero qué poquito azul para tanto cielo
¿Una luz o una estrella? ¿Una diosa o una palmera? Eres tú mi hermosa niña... ¡La más bella entre las bellas!
El sol y la luna no se pueden comparar a este lucero que acaba de pasar.
¡Quién fuera sombra para estar siempre a tu lado!
¡Estoy seguro de que cuando vas a la playa el mar aquieta sus olas, sólo para contemplar tu belleza!
Cuando salgo de mi casa no quiero mirar al sol, sólo miro a tu ventana donde está tu corazón.
Mi amor por ti, vida mía, es tan grande y tan inmenso, que por caber no cabría en todo el universo.
Para mirar las estrellas me asomo a tus ojos, ¡porque eres un cielo!.
Si cada vez que pensara en ti una estrella se apagara, no habría en el firmamento una estrella que brillara.
Tú eres el horizonte, yo soy el sol. Y todos los días espero con ansia que el ocaso se adueñe de los dos.
Adiós sirena del mar y perla viviente.
¿Sabes por qué el cielo está tan gris? Porque todo el azul se ha quedado en tus ojos.
En el cielo las estrellas se juntan de dos en dos, pero no se quieren tanto como lo hacemos tú y yo.
Quisiera que mis ojos fueran el cielo para verte, mis manos el viento para tocarte y mis labios la lluvia para besarte.
Miraba las estrellas, miraba el sol, pero no hay nada que me deslumbre tanto como lo haces tú.
La luna tiene tu cara, me lo ha dicho un ser querido, la luna tiene tu rostro, por el que yo ando perdido.
Cuando tu amor brotó en mi corazón, el torrente del deseo desbordó el dique de mi razón.
Si fuera un halcón cómo me gustaría sobrevolar tus hermosas montañas.
Tus ojos son mi cielo, tus labios son mi mar, tu cuerpo es la tierra que yo quiero habitar.
La lluvia refresca mi paso como tú mi corazón.
Te metiste en mi alma como rió en el mar y dejaste en el fondo el deseo de amar.
Eres la luz de la mañana, el primer rayo de sol, y el ave que con su canto alegra mi corazón.
Ansío que llegue la noche para verte brillar más que las estrellas.
Ojalá la mitad de las estrellas del cielo brillaran tanto como tus ojos.